En la Biblia en 2 Reyes 6: 28-29 dice: «Entrega a tu hijo para que podamos comérnoslo hoy» # 039; – ¿Cómo puede un cristiano entender esto?


La mejor respuesta

La súplica de la mujer dejó en claro que las condiciones eran incluso peores de lo que el rey imaginaba. Ella y otra mujer había llegado a un acuerdo para matar y canibalizar a sus hijos. No se puede imaginar nada peor que madres tratando de sobrevivir a costa de sus hijos. Se habían comido al hijo de la denunciante, pero cuando llegó el momento de comerse al segundo hijo, ella se había escondido él. La mujer no sentía vergüenza por sus acciones; tenía una sensación de indignación por la injusticia de la otra mujer. ¡Esperaba que el rey se pusiera de su lado y defendiera su derecho a comerse al otro niño!

El rey reaccionó con horror. Rasgándose la túnica, reveló que escondido debajo tenía cilicio en su cuerpo. Tenía las señales de arrepentimiento, pero las mantuvo en privado, y su corazón no mostró un arrepentimiento genuino ante Dios. Este no era un rey que guiaba a su pueblo en arrepentimiento público. La atrocidad del canibalismo fue una clara señal del juicio divino por la rebelión del pacto, predicha en Deuteronomio 28: 53-57. Un Dios santo no estaba inspirando tales atrocidades. Pero había eliminado su restricción sobre el mal y había permitido que la depravación humana siguiera su desagradable curso.

  • Comentario del Antiguo Testamento de Holman – 1, 2 Reyes, Gary Inrig.

Respuesta

El contexto de este versículo es que los sirios sitiaron el reino del norte de la ciudad capital de Israel, Samaria, y usaron la hambruna severa como arma. Las condiciones se habían vuelto tan malas en la ciudad sitiada, que la gente estaba comiendo cabezas de burro, excrementos de paloma y sí, incluso a sus propios hijos (6: 24-29). Esto es horrible; pero por el bien de la humanidad debemos permitir que los niños murieran de hambre y luego se convirtieran en alimento para sus padres desesperados y hambrientos.

Moisés había predicho que este mal vendría sobre su pueblo si abandonaban a Dios; véase Deuteronomio 28: 53–57. El mismo mal cayó sobre los judíos cuando los asedió Nabucodonosor; ver Ezequiel 5:10. Y también, cuando Tito sitió Jerusalén; vea el relato del historiador judío Josefo.

Me temo que la historia bíblica no es el único relato de tiempos desesperados en los que la gente ha tenido que recurrir al canibalismo. Según Wikipedia:

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